Día Mundial de las Hepatitis Virales 2024
28 de julio - Acad. Marcelo Silva
Cinco son los virus hepatotropos productores de hepatitis, ellos están identificados por las letras A, B, C, D y E. Si bien todos causan enfermedades hepáticas, su presentación clínica puede ser muy diferente.
El virus de la hepatitis A (VHA) es de transmisión entero fecal, en su mayoría a través del consumo de agua o alimentos contaminados y menos frecuentemente a través de prácticas sexuales. La mayoría de las veces, las infecciones son leves y los pacientes sufren formas auto limitadas que generan inmunidad frente a futuras exposiciones al virus. Sin embargo, las a veces pueden ser graves y poner en peligro la vida produciendo formas fulminantes de hepatitis. La mayoría de las personas de áreas del mundo con condiciones sanitarias deficientes han sido infectadas con este virus de manera asintomática.
El virus de la hepatitis B (VHB) se transmite a través de la exposición a sangre, hemoderivados, inyecciones con agujas contaminadas, uso de drogas inyectables, procedimientos médicos inseguros, semen y otros fluidos corporales infectados. También puede transmitirse de madres infectadas a recién nacidos, siendo ésta una forma de infección crítica ya que los niños infectados tienen una muy alta progresión a enfermedad crónica. El VHB también representa un riesgo para los trabajadores de la salud que sufren lesiones accidentales por pinchazos con agujas mientras atienden a pacientes infectados por el VHB. La infección en adultos suele ser auto limitada, pero una proporción de ellos puede evolucionar a infección crónica, siendo responsable de cirrosis y carcinoma hepatocelular (HCC).
El virus de la hepatitis C (VHC) se transmite principalmente a través de la exposición a sangre infectada. Esto puede ocurrir a través de transfusiones de sangre y productos sanguíneos contaminados, inyecciones, procedimientos médicos y mediante el uso de drogas inyectables. La transmisión sexual también es posible, pero es mucho menos común que la del VHB. A diferencia del VHB, el VHC tiene una mayor propensión a evolucionar a hepatitis crónica, cirrosis y HCC.
Las infecciones por el virus de la hepatitis D (VHD) ocurren sólo en aquellos que están infectados con el VHB, muy poco frecuentes en nuestro país y con mayor prevalencia en la cuenca de Amazonas en nuestra región. La infección dual de VHD y VHB suele provocar una enfermedad más grave y progresión a cirrosis y HCC.
El virus de la hepatitis E (VHE) se transmite principalmente a través del consumo de agua o alimentos contaminados. El VHE es una causa común de brotes de hepatitis en partes del mundo en desarrollo y se reconoce cada vez más como una causa importante de enfermedad en los países desarrollados.
A las hepatitis virales que evolucionan a la cronicidad se las conoce como la epidemia asesina silenciosa, ya que producen muchas muertes por año, con síntomas que solo aparecen cuando la enfermedad ya está avanzada. En las Américas, casi 80,000 nuevas infecciones de hepatitis B y C surgen cada año, la mayoría de las cuales pasan desapercibidas pero que generan una elevada carga de enfermedad y mortalidad. Se estima que el 57% de los casos de cirrosis hepática y el 78% de los casos de cáncer primario de hígado son debidos a infecciones por los virus de la hepatitis B o C. Reconociendo el importante problema de salud pública que representan las hepatitis, en 2010, la 63ª Asamblea Mundial de la Salud designó el 28 de julio como el Día Mundial contra la Hepatitis, y solicitó una respuesta integral en la lucha contra ellas. Se eligió la fecha del 28 de julio, día del cumpleaños del científico Dr. Baruch Samuel Blumberg, para honrar al australiano ganador del Premio Nobel de Medicina, quien en 1965 descubrió el VHB, desarrolló un test diagnóstico y una vacuna eficiente para su prevención.
El homenaje a Baruch Samuel Blumberg fue el punto de partida para el Día Mundial contra las Hepatitis. Desde entonces, los Programas Nacionales, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se han movilizado para unir esfuerzos y establecer estrategias integrales para combatirlas tanto a nivel global como regional.
La OMS, dentro del proyecto de eliminación de las hepatitis virales, ha planteado metas exigentes para el 2030, donde se destacan la reducción en un 90% las nuevas infecciones por hepatitis B y C; diagnosticar al menos el 90% de los casos de hepatitis B y C; tratar al menos al 80% de las personas que reúnen los requisitos y como consecuencia de ello la reducción de un 65% de las muertes por cirrosis y cáncer de hígado.
Aunque muchos son los logros obtenidos desde entonces, somos conscientes que aún quedan muchas oportunidades de mejora en nuestro país como en la región.
En las Américas, los países miembros de la OPS aprobaron un Plan de Acción para la prevención y el control de la hepatitis viral 2016-2019, con el objetivo de catalizar los esfuerzos de salud pública para prevenir y controlar las hepatitis virales, con énfasis en la hepatitis B y C. Se han logrado grandes avances en la vacunación desde que se introdujeron por primera vez las vacunas contra la hepatitis B. Cada país y territorio ha incluido la vacuna contra la hepatitis B en su calendario de vacunación para niños, y 31 de los 51 países y territorios han incluido dosis de la vacuna contra la hepatitis B para el recién nacido.
Las pruebas serológicas para la detección están ampliamente disponibles en la Región, pero el acceso a pruebas de laboratorio más avanzadas para respaldar la decisión y el monitoreo del tratamiento son aún limitados, ya que 25 países informan sobre la capacidad para realizar pruebas de ácido nucleico tanto para el VHC como para el VHB.
Más aún, el acceso al tratamiento contra el VHC con antivirales de acción directa (DAA) es muy limitado en la Región. Diecisiete países informan que tiene estos medicamentos disponibles y se recomiendan como tratamiento de primera línea para la hepatitis C crónica, sin embargo, el número de personas que reciben el tratamiento es muy limitado.
Poco más de la mitad de los países de las Américas (57%) tienen estrategias o planes nacionales para la prevención, el tratamiento y el control de la hepatitis viral, y el 54% de los países indicó tener metas para la eliminación de la hepatitis B.
¿El resultado? Más de 100,000 muertes relacionadas con la hepatitis cada año. Según el informe mundial sobre las hepatitis de 2024 de la OMS, el número de vidas que se pierden vinculados a las hepatitis virales es de 3500 vidas por día y que esa enorme cifra va a ir en aumento en la medida que no pasemos a la acción.
Ello se debe en parte a la existencia de Sistemas de salud fragmentados y segmentados, donde la base de la pirámide poblacional no siempre recibe la misma calidad de atención por falta de integración de los subsistemas. En ése sentido debemos mencionar que el Programa de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud de la Nación, según la OPS, figura dentro de los programas exitosos (“Champions Programs”) junto a Brasil, México y Chile.
El Día Mundial de la Hepatitis es el 28 de julio. En 2024, el tema es: “ES HORA DE ACTUAR”, recordándonos que debemos ser proactivos y actuar sobre las hepatitis virales.
¡La prevención primaria y secundaria son posibles! Existen vacunas y tratamientos efectivos, ofreciendo esperanza para todos. Cumplir con los programas de vacunación, tener diagnóstico accesible, conocer su estadio de la enfermedad y acceder a los tratamientos es crucial bajar la carga de la enfermedad.
La OPS trabaja en conjunto con los países de la región para ampliar el acceso a pruebas diagnósticas, medicamentos y vacunas contra la hepatitis viral a través del Fondo Estratégico y el Fondo Rotatorio.
Nunca tan vigente la conocida frase: “ARGENTINOS A LAS COSAS”. En 1939, ya hace 85 años, José Ortega y Gasset pronunciaba esa frase célebre en una conferencia en Buenos Aires. El filósofo español alentaba a los argentinos a dejarse “de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que dará este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal”.
Inspirada en ello, la ANM de Buenos Aires planea desarrollar una actividad a fines de septiembre de éste año con distintos efectores del Sistema de salud para actualizar nuestro estado de situación en lo referido al cumplimiento de las metas de la OMS para la eliminación de las hepatitis virales para el 2030 con un invitado de lujo, el científico Harvey Alter, laureado Premio Nobel de Medicina en el 2022 por sus investigaciones en la identificación del VHC, métodos diagnósticos y nuevos tratamientos.