Juramento Hipocrático
QUE LOS RECIÉN GRADUADOS PROMETEN CUMPLIR
“El acto de juramento que vais a realizar y mediante el cual se os admite como miembros de la profesión médica, constituye una invocación a Dios, o a aquello que cada cual considere como más alto y sagrado en su fuero moral, como testimonio del compromiso que contraéis para siempre.
En el momento de ser admitidos entre los miembros de la profesión médica, os comprometéis solemnemente a consagrar vuestra vida al servicio de la humanidad?
Y juráis
- conservar el respeto y el reconocimiento a que son acreedores vuestros maestros,
- desempeñar vuestro arte con conciencia y dignidad,
- hacer de la salud y de la vida de vuestro enfermo la primera de vuestras preocupaciones,
- respetar el secreto de quien se os haya confiado a vuestro cuidado,
- mantener en la máxima medida de vuestros medios, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica,
- considerar a los colegas como hermanos,
- no permitir jamás, que entre el deber y el enfermo se interpongan consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, de partido o de clase,
- tener absoluto respeto por la vida humana desde el instante de su concepción,
- no utilizar, ni aun bajo amenazas, los conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad.
Si cumpliereis íntegramente este juramento, gozareis de vuestra vida y de vuestro arte y disfrutareis de perenne estima entre los hombres; si lo quebrantáis, que vuestra conciencia y el honor de la profesión médica en la que acabáis de ingresar, os lo demanden”.