Temas históricos

La Diabetes de Borges

Acad. Manuel Luis Martí

INTRODUCCIÓN

La Diabetes mellitus es una enfermedad que tiene vinculación con la historia argentina.

En el siglo XIX se sabe que dos personalidades la sufrieron: Prilidiano Pueyrredón y Florentino Ameghino.

Es más que probable que haya más enfermos pero se ignora en forma documental quiénes fueron.

Prilidiano Pueyrredón, hijo de Juan Martín y notable pintor y arquitecto, fue uno de los personajes con diabetes. En un autorretrato de cuerpo entero se lo ve con el abdomen prominente característico del síndrome metabólico.

Le enfermedad lo castigó con dureza con una neuropatía periférica y, lo que es más grave para un pintor, con una retinopatía que lo dejó prácticamente ciego. Murió por la diabetes, seguramente por complicaciones cardiovasculares y renales a los cincuenta años de edad.

El caso de Florentino Ameghino es diferente, el sabio naturalista, también con diabetes, presentó una de las complicaciones: tuvo un cuadro de pie diabético en ambos miembros inferiores. Cuando los médicos que lo atendían le indicaron la doble amputación como único tratamiento curativo, Ameghino se negó de plano: “Nací con dos pies y moriré con dos pies”. Y así murió, lo que constituye el primer caso documentado de autonomía de un enfermo en el país.

Ya en el siglo XX la diabetes tuvo mayor intervención en el desarrollo de la historia argentina.

Roque Sáez Peña, el padre del voto secreto y obligatorio, sufrió una diabetes complicada que le impidió completar su mandato presidencial, al morir por la enfermedad que fue un obstáculo importante para su gobierno.

Más adelante, el presidente Roberto M. Ortiz, que fuera ministro de Marcelo T. de Alvear y de Agustín P. Justo, antes de ser elegido para presidir el gobierno, manifestó una diabetes grave con una retinopatía diabética que lo llevó a la ceguera y a la renuncia a su mandato presidencial, siendo reemplazado por el vicepresidente Ramón A. Castillo, de origen conservador y que no continuó con los criterios democráticos de Ortiz, lo que derivó en la revolución militar del 4 de junio de 1943, con toda su evolución posterior.

Al final del siglo el presidente Carlos Menem, también con una diabetes insulino-requiriente, tuvo algún problema vascular por la enfermedad y episodios de hipoglucemia.

Hubo también ocasiones en las que el diagnóstico de la diabetes no se hizo público o pasó inadvertido, tal el caso de nuestro escritor mayor Jorge Luis Borges.

BORGES

En carta a su prima Haedo, integrante de la familia que vivía en el Uruguay, Leonor Acevedo de Borges, madre del escritor, le informa que a su hijo le han diagnosticado diabetes.

Pero el testimonio más claro es el de Epifanía Úbeda de Robledo, “Fani”, empleada doméstica de los Borges durante décadas.

Armando Almada Roche la entrevistó varias veces y sus declaraciones las vertió en dos libros en donde “Fani” describe la diabetes de Georgie en forma detallada:
“Le gustaba lo dulce porque era diabético, pero no insulina dependiente sino del tipo 2, que la llaman. Tomaba pastillas, estaba muy controlado. Había que controlarlo pinchándole el dedo con un aparatito que tenía una agujita y así medía la cantidad de azúcar en la sangre. Nunca pasó de los 150. Lo normal, dicen los especialistas, es tener 100 ó 110. El desayuno de Borges consistía en café con leche, tostadas y alguna fina rodaja de queso. No comía mucho. Su dieta siempre fue sana: pescado, verduras, arroz con pollo, de vez en cuando unos ravioles, churrasco. Le gustaban mucho las uvas, el café con leche y el dulce de leche. Esto último prohibidísimo para su salud. Antes de dormir comía dos caramelos de leche”.

En otra etapa de su testimonio “Fani” refiere:
“A eso de las doce y las doce y media: una sopa de verdura o arroz hervido a la manteca y naranjas de postre; tomaba agua fría de la canilla”. "A las cinco en punto de la tarde, siguiendo la costumbre inglesa de Doña Leonor, tenía que servirle el té con tostadas y queso”.
Le gustaban mucho los huevos poché; también tomaba mate pero después lo suprimió porque no le caía bien, la producía acidez.

Como se puede apreciar era una diabetes bien diagnosticada con un control aceptable y régimen relativamente adecuado.

El escritor Roberto Alifano fue un estrecho colaborador de Borges durante muchos años y también viajó con él en diversas oportunidades.

Según Alifano, Borges “hablaba de su parestesia y de la gastritis, pero de la diabetes nunca lo oí hablar y cuidarse, digamos que sí: casi no comía carne y era devoto de los ñoquis y del arroz con manteca; las salsas le caían mal y las evitaba. Su postre preferido era una naranja o flan con dulce de leche. Era muy parco; sus amigos Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo, también lo eran”.

Lo que narra Alifano es que el régimen que seguía no era muy estricto. La elección de los platos, en especial cuando comían afuera, es posible que tuviera que ver con su ceguera. Es sabido que comía mucho arroz, seguramente por la facilidad para manejarlo.

Antes de la diabetes los hábitos alimentarios de Borges están asimismo descriptos por “Fani” que refiere que le gustaba comer de todo: mucha carne, dos veces por día, siempre caldo y después puchero abundante, luego otro plato y el postre, generalmente dulce de leche.
“A Borges le gustaba la mazamorra, el arroz con leche, pastelitos y empanadas, pero su comida preferida eran los ravioles”.

El Dr. Jorge Findor, un reconocido hepatólogo que lo atendió en Buenos Aires por su cáncer de hígado, nunca se refirió a su diabetes.

LA CEGUERA

Se puede asegurar que la diabetes no fue la causa de la ceguera de Borges.

Su sentido de la vista estuvo comprometido desde su infancia. Nació con una catarata congénita hereditaria (enfermedad del cristalino), que ya su padre y su abuelo padecían.

Fue operada por el Dr. Amadeo Natale, un conocido oftalmólogo de la época, en el año 1927.

Siempre tuvo “cortedad de visión” por una miopía. En 1927 se le diagnosticó un queratocono (enfermedad de la córnea) y, a partir de ese momento, fue sometido a numerosas intervenciones quirúrgicas oculares.

La ceguera fue una característica familiar, la padecieron su tatarabuelo inglés William Haslam, pastor metodista, su bisabuelo Edward Young Haslam, su abuela Frances Haslam y su padre Jorge Guillermo Borges Haslam. Todos murieron ciegos.

A Borges la ceguera lo fue alcanzando en forma gradual hasta que en 1955 se declaró formalmente ciego, justo cuando fue nombrado director de la Biblioteca Nacional, como la describe con ironía en el “Poema de los Dones”.

Se han propuesto diferentes etiologías para su ceguera a través de varios diagnósticos posibles:

  • Maculopatía senil.
  • Retinopatía diabética.
  • Glaucoma.
  • Cataratas.
  • Retinosis pigmentaria.
  • Neuritis óptica hereditaria de Leber
  • Miopatía degenerativa.

Según el Dr. Enrique Malbrán que atendió a Borges en numerosas oportunidades, corrobora la catarata congénita familiar y un desprendimiento de retina que él operó con buen éxito.

Según el Dr. Malbrán la ceguera del escritor fue generada por una miopía degenerativa, también familiar, que se complicó con un coloboma y, en los últimos tiempos con un glaucoma.

Tanto de la Piedra Walter como Castillo Torres, ambos oftalmólogos mexicanos que se ocuparon de los problemas oculares de Borges, están de acuerdo con el diagnóstico de Miopía degenerativa.

CONCLUSIÓN

Jorge Luis Borges padeció una diabetes mellitus de tipo 2 tratada con antidiabéticos orales y régimen dietético de estrictez relativa, que evolucionó sin mayores complicaciones.

Su ceguera fue ocasionada por miopía degenerativa hereditaria, que habían sufrido varios de sus antepasados directos.

Bibliografía

  • ALMADA ROCHE, A. El otros Borges & Fani, su ama de llaves. Ed. El Pez del Pez, Buenos Aires, 2013
  • ALMADA ROCHE, A. Borges íntimo y Fani. Ed. Prosa, Buenos Aires, 2019
  • CASTILLO TORRES,S.A. Los libros y la noche. Perspectiva neurológica de la ceguera de Jorge Luis
    Borges. Gaz. Med. E México , 155: 2019
  • DE LA PIEDRA, W. Diagnóstico etiológico de la ceguera de Jorge Luis Borges. Basado en su obra literaria. Rev. Mex. De Oftalmología, México 2016
  • HADIS, M. Memorias de Leonor Acevedo de Borges. Ed. Claridad, Buenos Aires, 2021
  • VACCARO, A. Georgie. 1899-1930. Ed. Proa/Alberto Casares, Buenos Aires, 1996
  • VACCARO, A. Borges. Vida y Literatura. Ed. Edhasa, Buenos Aires, 2006.

Testimonios Personales

  • Escritor Roberto Alifano.
  • Dr. Jorge A. Findor.
  • Dr. Enrique S. Malbrán