Nerio Andrés Rojas

Academia Nacional de Medicina Sitial N° 29

Nerio Andrés Rojas nació el 7 de Marzo de 1890 en la Ciudad de Santiago del Estero.

Su familia nuclear estaba integrada por sus padres, Rosario Sosa Sobrecasas  perteneciente a una antigua familia tucumana  y  Absalón Rojas  y seis hermanos, entre ellos  Ricardo Mario José, quien llegó a ser  poeta, dramaturgo, orador, político e historiador y hasta rector de la Universidad de Buenos Aires.

Absalón Rojas fue periodista y político, diputado nacional, senador y en dos oportunidades gobernador de la provincia de Santiago del Estero. En su obra de gobierno se encuentran a la distancia ejemplos de acciones virtuosas que serían fructíferas si se aplicaran en nuestros días. Destinó la mitad del presupuesto provincial a la educación pública, algo que no se repetiría en ninguna otra provincia. Construyó centenares de escuelas, y decenas de edificios escolares solamente en la capital. Creó el Consejo General de Educación y la primera escuela normal, e hizo dictar cursos de capacitación para los docentes. ​  Al final de su gobierno existían 215 escuelas, a las que concurrían más de 10 000 alumnos. Se crearon las “escuelas de familia” bajo la tutela del maestro. Terminando con la tradicional marginación educativa de las niñas en el ámbito rural, creó veinticuatro escuelas femeninas en la campaña.

En ocasión de su discurso de incorporación a la Academia Nacional de Medicina el doctor Nerio Rojas se refirió a su padre, destacando que aquel ejemplo había sido la clave virtuosa para su buen desempeño político: "Yo no lo recuerdo – dijo-, porque prácticamente no conocí a mi padre, que falleció cuando yo tenía tres años y nada recuerdo de él, pero, eso sí sé desde niño, que presidió la casa la memoria de su nombre y su gran autoridad en la política y que murió pobre, después de haber tenido en sus manos todos los poderes posibles para enriquecerse".

Este era el ambiente familiar en el que creció Nerio Rojas.

Estudió en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires.  Durante su carrera, como manifestación de su temprano interés por la política, fue presidente del Centro de Estudiantes de Medicina.

En esta época ya se distinguía como escritor, con publicación de artículos en la Revista del Centro de Estudiantes de Medicina, que evidenciaban su temprana orientación hacia temas que ocuparían toda su vida: “La Primera necropsia”, “Alienados y santos”, “Los nuevos libros de Ingenieros”, “La quimera de la locura”.

Fue un alumno distinguido; por su desempeño ganó el cargo de practicante interno del Hospital de Clínicas y se graduó en 1913 con Diploma de Honor.

Su interés principal se orientaba ya hacia la medicina legal y en especial a la psiquiatría forense, según lo había manifestado en la elección del tema de su tesis de doctorado titulada  “La literatura de los alienados su valor clínico y médico legal”, que  mereció en 1914 el “Premio Eduardo Wilde”  a la mejor tesis de Medicina Legal, Psiquiatría e Higiene.

Sin dudas su hermano Julio, que era abogado influyó para interesarlo en temas que vinculaban la medicina con el derecho y otro hermano Ricardo lo estimuló a una rica formación humanística.

Inmediatamente de graduarse practicó la medicina asistencial en su consultorio en la ciudad de Mercedes, en la Provincia de Buenos Aires, donde en un lapso de 4 años adquirió fama y reunió una numerosa clientela.

Como era habitual, quienes tenían los recursos para hacerlo complementaban la formación alcanzada en la Facultad de Medicina visitando los centros médicos de donde provenían los conocimientos dominantes en esa época.

En consecuencia, viajó a Paris donde volvió a ser alumno, bajo la supervisión de maestros de la medicina francesa como Pierre Marie y Joseph Babinski en Neurología; Ferdinand Widal en Clínica Médica y Laboratorio y Maxime Laignel Lavastine y George Dumas en Psiquiatría y Psicopatología.

Al cabo de 2 años de estudio y trabajo obtuvo en la Universidad de Paris  su diploma de “Médecin Legiste” firmado por  Victor Balthazar,  uno de los líderes de la especialidad en Francia.

Para alcanzar este lauro presentó un trabajo titulado "Examen des taches d'urine", publicado en los Annales de Medecine Legale et de Criminologie de París, en 1922.

A poco de regresar a Buenos Aires, se adscribió a la Cátedra de Medicina Legal.

Su carrera universitaria progresó rápidamente con la designación de Profesor Suplente de Medicina Legal, en 1923 y un año después, mediante un concurso de méritos y oposición Profesor Titular, función en la que enseñó, en forma continua durante 22 años.

Desempeñó también importantes cargos de gestión universitaria: en 1923 y 1924 fue electo consejero por el claustro de profesores y en 1945 fue nombrado decano de la Facultad de Ciencias Médicas.

Gracias a su accionar en docencia e investigación, la medicina legal argentina vivió sus años de oro.

La carrera docente de Rojas en la cátedra de Medicina Legal terminó abruptamente. En mayo de 1946, el presidente de facto general Edelmiro Farrell firmó el decreto de intervención de las universidades nacionales con lo que el poder político entró de lleno en las casas de altos estudios.  La comunidad académica reaccionó con firmeza, pues consideró el decreto como un nuevo avasallamiento de la autonomía universitaria. Los consejos directivos de las diferentes facultades cuestionaron la medida gubernamental y muchos docentes, entre ellos Nerio Rojas renunciaron a sus cátedras.

En 1931 fundó conjuntamente con el Dr. Jose Belbey los Archivos de Medicina Legal, que dirigió durante muchos años.​

También fue fundador de la Sociedad de Medicina Legal y Toxicología, cofundador de la Sociedad Argentina de Grafología y presidente del Instituto de Sociología e Historia “Sarmiento”.

Resumió su experiencia en un decálogo, legado de perenne interés para los médicos legistas:

1º El perito debe actuar con la ciencia del médico, la veracidad del testigo y la ecuanimidad del juez.

2º Es necesario abrir los ojos y cerrar los oídos.

3º La excepción puede ser de tanto valor como la regla.

4º Desconfiar de los signos patognomónicos.

5º Hay que seguir el método cartesiano.

6º No fiarse de la memoria.

7º Una autopsia no puede rehacerse.

8º Pensar con claridad para escribir con precisión.

9º EI arte de las conclusiones consiste en la medida. Una de las mayores dificultades periciales es la de redactar las conclusiones del informe.

10º La ventaja de la medicina legal está en no formar una inteligencia exclusiva y estrechamente especializada.

Otro campo importante de la actividad del Dr. Rojas fue la política, entendida como instrumento de bien público, defendido desde las filas del Partido Radical, con altura y respeto y sobre principios básicos morales inconmovibles.

Ocupó con particular altivez y brillo bancas de diputado en el Congreso de la Nación en varios períodos: 1942-1943, 1946-1950 y 1960-1962, donde abogó por la protección de toxicómanos y alcoholistas y por el establecimiento de la Clínica de Intoxicaciones y Enfermedades del Trabajo en la Universidad de Buenos Aires.

Como consecuencia de su discurso opositor y polemista soportó persecución y cárcel.

Las penurias de su vida política fueron endulzadas por su esposa   Chistianne, compañera de toda la vida, a quien había conocido en su primer viaje a Paris.

Su actividad docente tuvo una breve suspensión cuando representó a la República Argentina como embajador ante la UNESCO en París en 1964 a 1966.

Dictó infinidad de conferencias en distintos ámbitos y fue autor de más de trescientos trabajos sobre medicina legal y práctica forense y temas generales históricos y filosóficos.

  • La Psiquiatría en la legislación civil: comentarios sobre el Código civil y el proyecto de reforma(1938).
  • El hambre; estudio médico, jurídico y social(1946).
  • Estudio médico-legal(1926).
  • La formación del espíritu médico(1928).
  • El contagio venéreo ante la medicina forense(1937), obra laureada por la Facultad de Ciencias Médicas con el premio "Eduardo Pérez", en colaboración con Federico Bonnet.
  • Medicina legal del seguro y del trabajo(1940).

Su “Medicina Legal” reeditado en siete ocasiones fue el libro de texto de muchas generaciones de estudiantes de medicina de la Universidad de Buenos Aires y de otras facultades.

Son muy interesantes y significativos una serie de artículos escritos durante su estadía en Francia, publicados por el diario La Nación, tales como “Los trastornos mentales de guerra", "Reeducación de mutilados", "La moda de la locura", que evidenciaban su preocupación por las secuelas dejadas en los sobrevivientes de la primera guerra mundial concluida unos meses antes.

Siendo un joven de 26 años, como fruto de sus lecturas intensivas de las obras completas de Domingo Faustino Sarmiento escribió un libro titulado “Psicología de Sarmiento”, que mereció elogios de personalidades tales como Osvaldo Magnasco, José Ingenieros, Carlos Octavio Bunge y Héctor Taborda.

En 1961 Rojas escribió una nueva versión de ese libro, ahora analizado con la perspectiva de un experto en psicopatología, en pleno dominio de su erudición y en un encuadre moderno de la psicología que le permitía comprender los infinitos recovecos de la personalidad y emociones del gran sanjuanino, con sus múltiples exteriorizaciones a veces próximas a la alienación.

Su último libro, escrito a los 70 años fue Biología de la Libertad, que es un profundo testimonio de su concepción del libre albedrío, encuadrado por las coordenadas de la conciencia del hombre, las fuerzas biológicas y la voluntad autónoma iluminadas por la inteligencia.

En 1955 el Dr. Rojas regresó a la Universidad de Buenos Aires durante unos pocos meses como Delegado Interventor en la Facultad de Ciencias Médicas.

Durante ese lapso el Dr. Rojas decidió la reincorporación como adscripto a la cátedra de Fisiología al Dr. Luis Federico Leloir, quien había renunciado a ese cargo docente y de investigación el 9 de septiembre de 1946, en señal de solidaridad y respeto por su maestro, el Dr. Bernardo Houssay, que por una resolución de la Facultad “había cesado en sus funciones sin siquiera agradecerle los servicios prestados durante tantos años de docencia e investigación” (sic).

 El 11 de octubre de 1956 el Dr. Rojas fue incorporado como miembro de número de la Academia Nacional de Medicina para ocupar el sitial N° 29 de la Sección Salud Pública y Especialidades Afines. Medicina Social vacante por el fallecimiento del Dr. Manuel V. Carbonell.

La Academia solicitó al nuevo académico un proyecto de RÉGIMEN LEGAL SOBRE ASISTENCIA DE ALIENADOS, TOXICÓMANOS Y ALCOHOLISTAS, PROBLEMA DE VASTAS PROYECCIONES EN NUESTRO PAÍS. Como antecedentes el Dr. Rojas citó dos anteproyectos suyos presentados como legislador en la Cámara de Diputados y un relato oficial al IV Congreso Internacional de Salud Mental, reunido en México en 1951. Estos documentos plantean problemas sin soluciones actuales en nuestro país, que mucho se beneficiaría con su consideración e implementación.

La obra desarrollada por el Dr. Rojas a lo largo de tantos años es de tal magnitud que justifica que el 7 de marzo, día de su nacimiento, fuera instituido el «Día Nacional del Médico Legista» según Ley 25.958, sancionada el 10 de noviembre de 2004 y promulgada por Decreto N.º 1696 el 1º de diciembre de 2004.

Nerio Rojas falleció el 1° de abril de 1971 a los 81 años.