Carlos Gregorio del Carmen Malbrán

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Académico
Sitial Nº 19

Carlos Gregorio del Carmen Malbrán nació 11 de marzo de 1862 en Andalgalá, provincia de Catamarca, hijo de Manuel Francisco Malbrán Recalde y de su segunda esposa, Carlota Figueroa.

Pasó la infancia en su ciudad natal donde cursó estudios primarios; el secundario lo hizo en el Colegio Nacional Fidel Mardoqueo Castro de la ciudad de Catamarca.

En 1880, a los 18 años ingresó a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires donde desarrolló una brillante carrera.  Entre 1883 y 1886 fue practicante menor y mayor por doble concurso del Hospital San Roque,  puesto bajo la advocación del santo protector contra las enfermedades pestilentes.

El Hospital San Roque, antecesor del actual Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía era sede de la Asistencia Pública y comenzaba a recibir alumnos de cátedras de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

Como muestra de reconocimiento de su saber y su clara inclinación a las enfermedades infecciosas, aún estudiante del último año de medicina, en diciembre de 1886  fue enviado por el gobierno nacional para ayudar a estudiar y combatir un brote de cólera en la provincia de Mendoza.

Sin duda la experiencia acumulada en esa epidemia fue una base para su tesis titulada “Patogenia del cólera”, con la que se doctoró en 1887; su padrino de tesis fue el Profesor de Oftalmología Dr. Cleto Aguirre, decano de la Facultad.

En la segunda mitad del siglo XIX la bacteriología vivió un crecimiento explosivo.

Rudolf Virchow (1821-1902) experto en salud pública, reformador social, político y antropólogo, considerado padre de la patología moderna, había demolido la teoría de la generación espontánea de la vida, afirmando que toda célula proviene de otra célula, aforismo resumido en la expresión “Omnis cellula ex cellula».

En 1854 John Snow (1813-1858), médico inglés efectuó un estudio epidemiológico, en el que observó que el cólera, cuyo agente causal era todavía desconocido, afectaba sólo a pobladores de un limitado barrio londinense abastecido con agua contaminada con materias fecales.

Este trabajo, que sigue siendo modelo de diseño de investigación hasta nuestros días, sentó las bases del conocimiento de los mecanismos de las infecciones humanas, la naturaleza de sus agentes causales y las vías de transmisión.

En la misma época el bioquímico Louis Pasteur (1822-1895), en Paris llevaba a cabo experimentos fundados en la teoría microbiana para explicar  las fermentaciones vegetales y las causas, mecanismos y formas de prevención de las  infecciones animales.

El médico francés Casimir-Joseph Davaine (1812-1882) integrando los aportes de varios investigadores, entre los años 1855 y 1859 logró describir al Bacillus anthracis, agente etiológico del carbunco, enfermedad compartida por el hombre y otros animales.

El bacteriólogo alemán Friedrich August Johannes Loeffler (1852-1915) descubrió el Corynebacterium diphtheriae, agente etiológico de la difteria, enfermedad de alta incidencia y morbi-mortalidad.

El  médico y microbiólogo alemán Robert Heinrich Hermann Koch (1843-1910), en 1882 aisló un bacilo que después de pruebas experimentales y clínicas pudo demostrar sin dudas que era el agente causal de la tuberculosis.

En 1888 Alexandre Yersin (1863-1943) y Kitasato Shibasaburō (1853-1931) comunicaron el hallazgo de los bacilos causantes de la peste bubónica.

Este era el ambiente de avances en enfermedades infecciosas al que se incorporó el Dr. Malbrán; era el hombre justo en el momento justo, con una sólida formación y con el deseo de aprender en contacto con las estrellas de la naciente microbiología.

En enero de 1888 el gobierno argentino presidido por el Dr. Miguel Ángel Juárez Celman, en una oportuna decisión encomendó al Doctor Malbrán la misión de viajar a Europa para visitar el Instituto de Higiene de Múnich, dirigido por  Max Joseph von Pettenkofer (1818-1901), y el Instituto de Higiene de Berlín, que dirigía Robert Koch, dedicados a investigaciones sobre el uso de sueros contra la la difteria y la tuberculosis.

A su regreso a Buenos Aires el Dr. Malbrán se desempeñó como jefe de trabajos prácticos de Anatomía Patológica y luego profesor suplente de la misma materia.

Sin duda su principal logro universitario fue la fundación en 1897 de la Cátedra de Bacteriología de la Facultad de Ciencias Médicas, de la que fue profesor titular en forma continua hasta 1920.

Simultáneamente desempeñó funciones de gestión universitaria como consejero directivo por el claustro de profesores y vicedecano de la Facultad.

Con un sólido conocimiento sobre la multiplicidad de factores determinantes de las enfermedades infecciosas, Malbrán trabajó con igual productividad en los laboratorios y en la sociedad abierta; publicó en revistas especializadas y de difusión general trabajos sobre sífilis, dermatología, lepra, carbunco, paludismo, higiene alimentaria, difteria, vacunas, tuberculosis, legislación sanitaria y medicina legal, sanidad marítima y regulación del ejercicio de la medicina.

Llevando la teoría a la práctica, en 1889 integró la Comisión de Estudios para la Eliminación de Residuos en la Ciudad de Buenos Aires y en 1892 participó personalmente como Inspector Técnico de Higiene en el ámbito de la administración municipal, mientras simultáneamente se desempeñaba como jefe de Sección Sanitaria del Departamento Nacional de Higiene.

Expresiones elocuentes de su permanente actitud de servicio a la comunidad que trascendía el mero campo de la ciencia, fueron sus participaciones en 1897 como miembro del Consejo Administrativo Nacional de Sordomudos; en 1905 miembro de la comisión de reglamentación de la Ley de Descanso Dominical y en 1915 como vocal de la Comisión Directiva de la Institución Argentina de Ciegos, mientras se desempeñaba como Profesor Titular de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

En 1899 presidió la comisión enviada a la República del Paraguay para colaborar en la contención de la epidemia de peste bubónica que azotaba a ese hermano país.

Representó a la Argentina en numerosas reuniones internacionales sobre temas de microbiología.

El 20 de octubre de 1909 la Academia Nacional de Medicina resolvió aumentar el número de sus miembros.  Las designaciones recayeron en eminentes hombres de ciencia: junto al Dr. Carlos Malbrán, Ángel Gallardo, Marcelino Herrera Vegas y Ángel Centeno.

Como era esperable, el conocimiento de la gravitación de los aspectos sociales y económicos en la determinación de enfermedades infecto-contagiosas indujo al Dr. Malbrán a participar en política, ya fuera mediante el asesoramiento técnico o más directamente como senador nacional por su provincia, Catamarca, cargo que desempeñó entre 1910 y 1919.

Su gestión como legislador no se redujo sólo a ocupar un asiento en el Senado de la Nación. Sus aportes fueron trascendentes en el momento de su aprobación y perdurables en el tiempo: entre ellos cabe mencionar la Ley de Farmacias, Ley de Profilaxis y Lucha contra el Paludismo, Profilaxis de la Lepra y su logro más significativo la creación del Instituto Bacteriológico dentro del ámbito del Departamento Nacional de Higiene.

Con claridad de objetivos logró la autorización para tramitar ante el Directorio del Banco Nacional en liquidación, la transferencia de unos baldíos en el barrio de Barracas, al sur de la Avenida Caseros, considerada entonces límite de la ciudad de Buenos Aires.

En ese espacio, próximo a varios centros asistenciales tales como la Casa de Aislamiento (hoy Hospital Muñiz), los hospitales Guillermo Rawson, de Alienados José Tiburcio Borda y de Alienadas Braulio Moyano, se decidió la construcción del Instituto Nacional de Microbiología y Conservatorio de Vacunas, iniciada en1904 y concluida en 1916. 

Fue su primer director el Dr. Rudolf Krauss médico austro-húngaro, doctorado en la Universidad de Praga, patólogo, bacteriólogo e inmunólogo, profesor de la Universidad de Viena, contratado en 1912.

El Dr. Malbrán falleció en la ciudad de Buenos Aires el 1° de agosto de 1940. Desde el año 1941, por decreto del Poder Ejecutivo, el Instituto Nacional de Microbiología lleva el nombre del Dr. Carlos G. Malbrán.

Hoy el Dr. Malbrán pervive en el “Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud "Dr. Carlos G. Malbrán" (ANLIS) que es un centro de referencia nacional y regional, que lleva adelante investigaciones de enfermedades infecciosas y trabaja bajo los más altos estándares a nivel mundial, con un enfoque multidimensional que aborda varias áreas estratégicas: el diagnóstico referencial, la vigilancia epidemiológica, la investigación aplicada, la garantía de la calidad en los laboratorios, la formación de recursos humanos y la cooperación técnica internacional.